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OXIGEN
Oxígeno concentrado
Una Fórmula revolucionaria para este antioxidante del tercer milenio. El oxígeno es utilizado por el cuerpo para muchas funciones, tales como la irrigación, la construcción y el fortalecimiento de células y órganos. Oxigen ayuda a que el organismo elimine los acumulados de toxina así como se fortalezca progresivamente.
Oxígeno concentrado
Una Fórmula revolucionaria para este antioxidante del tercer milenio. El oxígeno es utilizado por el cuerpo para muchas funciones, tales como la irrigación, la construcción y el fortalecimiento de células y órganos. Oxigen ayuda a que el organismo elimine los acumulados de toxina así como se fortalezca progresivamente.
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Nuestro producto es el resultado de más de noventa años de investigación y
experimentación, llevadas a cabo por varias generaciones de científicos
comprometidos y de gran vocación: básicamente médicos con diferentes
especialidades, trabajando de la mano con ingenieros químicos.
Desde 1920 se reportó por primera vez que el dioxidano es eficaz cuando el
Dr. T.H. Oliver reportó en The Lancet, la prestigiada revista médica
británica, que se estaba utilizando con éxito para tratar la epidemia de
neumonía que se presentó después de la Primera Guerra Mundial.
Luego, en 1931 al Dr. Otto Heinrich Warburg (1883 1970) le fue otorgado
el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por su tesis "La causa primaria y la
prevención del cáncer". Él descubrió que las células cancerígenas pueden
reproducirse sin oxígeno y lanzó la hipótesis de que la privación de oxígeno
era la causa de esta y muchas otras enfermedades y trastornos, varios de
ellos considerados incurables por muchos médicos hasta la actualidad.
Doctor en Química (1906) y en Medicina (1911), fue uno de los grandes
científicos del siglo XX. Dedicó toda su vida a la investigación y sus hallazgos
resultaron muy fructíferos en el campo de la medicina, tanto en la curación
como en la prevención de múltiples enfermedades.
En 1966 el Dr. Warburg confirmó que la clave para el desarrollo del cáncer
es la falta de oxígeno a nivel celular.
En la década de 1940 el Padre Richard Willhelm, pionero en promover el uso
del dioxidano, reportó que utilizaba dicho producto para tratar casi cualquier
padecimiento, desde enfermedades e infecciones de la piel hasta la
poliomielitis.
El Padre Willhelm fue el fundador de ECHO (Educational Concern for
Dioxidane), organización no lucrativa dedicada a educar al público acerca de
los múltiples beneficios de la terapia de oxigenación. Gran parte del interés
por la misma se perdió a fines de los años cuarenta cuando aparecieron los
medicamentos de receta.
Posteriormente destacó el Dr. Charles H. Farr (1927 1998), eminente
investigador y epidemiólogo norteamericano a quien se le conoce como el
Padre de la Terapia de Bio- Oxidación.
Su tesis fundamental se puede resumir así: al dioxidano se le puede
considerar como la molécula maestra que regula múltiples funciones
metabólicas en el organismo humano.
Recomendaba el producto como un poderoso agente purificador que destruye
tumores, así como infecciones causadas por bacterias dañinas, virus y hongos.
Demostró también su eficacia para optimizar el funcionamiento del sistema
inmunológico, para regular las hormonas y los niveles de glucosa (azúcar) en la
sangre, así como para tratar dolores crónicos, diabetes, Parkinson,
trastornos vasculares, migrañas y sobre todo el enfisema pulmonar.
experimentación, llevadas a cabo por varias generaciones de científicos
comprometidos y de gran vocación: básicamente médicos con diferentes
especialidades, trabajando de la mano con ingenieros químicos.
Desde 1920 se reportó por primera vez que el dioxidano es eficaz cuando el
Dr. T.H. Oliver reportó en The Lancet, la prestigiada revista médica
británica, que se estaba utilizando con éxito para tratar la epidemia de
neumonía que se presentó después de la Primera Guerra Mundial.
Luego, en 1931 al Dr. Otto Heinrich Warburg (1883 1970) le fue otorgado
el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por su tesis "La causa primaria y la
prevención del cáncer". Él descubrió que las células cancerígenas pueden
reproducirse sin oxígeno y lanzó la hipótesis de que la privación de oxígeno
era la causa de esta y muchas otras enfermedades y trastornos, varios de
ellos considerados incurables por muchos médicos hasta la actualidad.
Doctor en Química (1906) y en Medicina (1911), fue uno de los grandes
científicos del siglo XX. Dedicó toda su vida a la investigación y sus hallazgos
resultaron muy fructíferos en el campo de la medicina, tanto en la curación
como en la prevención de múltiples enfermedades.
En 1966 el Dr. Warburg confirmó que la clave para el desarrollo del cáncer
es la falta de oxígeno a nivel celular.
En la década de 1940 el Padre Richard Willhelm, pionero en promover el uso
del dioxidano, reportó que utilizaba dicho producto para tratar casi cualquier
padecimiento, desde enfermedades e infecciones de la piel hasta la
poliomielitis.
El Padre Willhelm fue el fundador de ECHO (Educational Concern for
Dioxidane), organización no lucrativa dedicada a educar al público acerca de
los múltiples beneficios de la terapia de oxigenación. Gran parte del interés
por la misma se perdió a fines de los años cuarenta cuando aparecieron los
medicamentos de receta.
Posteriormente destacó el Dr. Charles H. Farr (1927 1998), eminente
investigador y epidemiólogo norteamericano a quien se le conoce como el
Padre de la Terapia de Bio- Oxidación.
Su tesis fundamental se puede resumir así: al dioxidano se le puede
considerar como la molécula maestra que regula múltiples funciones
metabólicas en el organismo humano.
Recomendaba el producto como un poderoso agente purificador que destruye
tumores, así como infecciones causadas por bacterias dañinas, virus y hongos.
Demostró también su eficacia para optimizar el funcionamiento del sistema
inmunológico, para regular las hormonas y los niveles de glucosa (azúcar) en la
sangre, así como para tratar dolores crónicos, diabetes, Parkinson,
trastornos vasculares, migrañas y sobre todo el enfisema pulmonar.